Desde ayer comenzamos una nueva vida mi familia y yo. Estamos muy ilusionados, felices y nerviosos por cómo irá aconteciendo nuestro futuro, pero a pesar de tantos cambios y de las dificultades que siempre hemos tenido, somos fuertes y siempre estamos muy unidos.
Por motivos laborales hemos trasladado nuestra residencia a un nuevo paraíso o por lo menos así es para nosotros. Tenemos a nuestro alcance lo que nunca habríamos imaginado, lo que con nuestros recursos, siempre tan escasos nunca habríamos podido disfrutar. Estamos viviendo un sueño y espero que siempre sea así.
Por supuesto todo no es de color de rosa, todo proyecto tiene sus mayores o menores inconvenientes, pero sabemos que nuestra actitud siempre será tan fuerte como para saber torear cualquier temporal.
Un traslado de residencia conlleva cambio de colegios para los chicos y tan complicada tarea la de dejar atrás esos años de convivencia con tus amigos y amigas, esos nuevos amores o tantas historias que puede uno tener en la adolescencia. Para nosotros como padres es la mayor de las preocupaciones, que nuestros hijos estén bien y sean felices, aunque la vida debe seguir y cada nuevo día puede ser una nueva aventura.
Confiemos en que todo salga bien y sobre todo que estemos siempre juntos porque somos una gran familia.
Le dedico esta entrada a mis dos hijos y a mi esposa Margo que son mi vida.
