Hay un periodo de la pareja, que es cuando vienen los niños. Ahí cambia todo, es decir las noches ya no son lo que eran.
Comienzan llorando y despertándose, pero quien en verdad lo sufre es la madre, porque el padre se queda roncando profundamente. Ella se levanta noche tras noche y él sigue igual; hasta el momento que le pega una patada y le obliga a levantarse. Es ese día en el que ella se da cuenta de que los niños los conciben entre los dos, por lo menos eso tenía entendido hasta el momento.
Los días pasan y cada vez se ven menos (ya me entendeis), los niños crecen y quieren dormir en tu cama. Aunque luego los cambias a la suya, pero ya hay mucho sueño y el cuerpo no tiene fuerzas. Así que durante el día aprovechas cualquier momento.
A mi me encanta desayunar con mi pareja, así lo llamo yo, ya que es nuestro momento y vaya momento. Cuando están en el cole y los dos tenemos la mañana libre es fantástico, puedes disfrutar dando rienda suelta a la imaginación.