Malditos, sí así es, te tiras toda una vida pendiente del trabajo y haces tu vida entorno a él. Debería ser al revés, pero por desgracia como está la economía y la situación laboral no hay más remedio que hacer lo que se puede.
Llevo cuatro años en una empresa pública de la Junta de Andalucía como fijo discontinuo, ya que el proyecto al que pertenezco junto con mis compañeros es por campañas. Aguantamos el tirón trabajando varios meses al año y los demás parado ya que es muy difícil encontrar otro trabajo que lo puedas compaginar durante los meses que te quedas parado en éste. Para colmo y tras una decisión de la Junta para reducir gastos convierten esta empresa pública en Agencia pública, muy bonito. Según los nuevos estatutos de esta Agencia reflejan claramente que se subrogarán todas las responsabilidades que tenía la anterior empresa pública con los trabajadores, respetando sus salarios y manteniendo las mismas condiciones laborales. Al igual que con la carga de trabajo se asumen todas las cargas.
Muy bien pues nos enteramos hoy por dos de los sindicatos que representan a los trabajadores en dicha Agencia a través de un correo corporativo que por información transmitida desde la dirección de la Agencia, nos informan de que la empresa ha comenzado a trabajar con una empresa ajena a ésta con el proyecto en el que nosotros trabajamos.
Dada la preocupación e importancia del asunto, se crea la alarma entre nosotros ya que nuestro puesto de trabajo pende de un hilo. Quedamos a espensas de que la nueva cúpula directiva decida que narices van a hacer con nosotros.
Así que te tiras medio año parado y sin encontrar nada e incluso personas como yo que en algún momento hemos rechazado un puesto de trabajo durante todo el año por apostar por este trabajo y ahora en cuestión de segundos te das cuenta de que has hecho el gilipollas y perdonadme la expresión pero me estoy desahogando con este texto.
Ahora como le explico yo a mi familia que no voy a poder pagar las facturas, el alquiler, la comida, etc. En fin todos los gastos que tiene una familia.
Es indignante 89 personas que no sabemos qué va a pasar con nuestro futuro laboral, si seguiremos o no. Sin desempleo que están algunos o con un mes que me queda a mi. te entran ganas de llorar, gritar o patalear de rabia.
Una desesperacíón que poca solución puede tener si no mejora la situación, la verdad no sabes como digerirlo.
Soy consciente de que hay casos peores y que hay familias que llevan muchísimos meses parados, sin ingresos, pero me niego a seguir así. Mi condición humana y mi persona no me permiten estar de este modo. Me considero una persona que sabe afrontar los retos por muy dificiles que sean y no estoy dispuesto a que esto nos absorba.
Hay que ir donde esté el trabajo y si es necesario a la otra parte del mundo, pues habrá que hacerlo, al igual que miles de inmigrantes de todos los países lo hacen.
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